Opinión - 11/9/21 - 03:00 PM

Hospitalización en salud mental

Medidas como la restricción del paciente al atar sus extremidades a una cama hospitalaria, en principio pudiese sonar como algo infrahumano e incluso maltrato...

 

Por: Gabriela Arosemena Montenegro Twitter: @Gabby_Aro -

Los protocolos establecidos para la hospitalización de pacientes que ingresan por urgencias en salud mental, es algo que muchos calificarían de inhumano; ciertamente no son procedimientos agradables a la vista, pero son necesarios no sólo para salvaguardar la integridad física del paciente, sino la de los demás hospitalizados y el propio personal de salud.
Medidas como la restricción del paciente al atar sus extremidades a una cama hospitalaria, en principio pudiese sonar como algo infrahumano e incluso maltrato, pero extraer un procedimiento de esta naturaleza de un contexto hospitalario donde los riesgos de agresión y lesión son considerables podemos concluir que no es algo descabellado, toda vez que, con frecuencia pacientes acuden con cuadros psicóticos, maníacos, intentos suicidas, entre otras conductas que representan un peligro para consigo mismos y/o para terceros siendo esta medida exclusiva de estos casos y no de manera arbitraria o como algún tipo de castigo.
A diferencia de hospitalizaciones de otras índoles, el paciente de salud mental no requiere estar postrado en una cama las 24 horas del día, su mejora, depende directamente de las conductas observables del paciente y de lo que pueda comunicar al momento de ser evaluado, en ese sentido, el mismo debe permanecer dentro del centro que a su vez debe contar con áreas destinadas al esparcimiento; no obstante, lo anterior es confundido a veces con el hecho de que los internos no tienen “nada que hacer” y a menudo se aburren durante la hospitalización y es que, un hospital de salud mental no es el equivalente a un resort o a estar de vacaciones.
Existe una tendencia a polarizar el concepto, entre considerar el centro ya sea como un manicomio y una instalación vacacional, ninguna de las dos es aplicable; lo cierto es que, hoy día aún persiste el concepto de “encierro”, de “manicomio” lo cual alimenta el estigma y contribuye a que más personas se abstengan de acudir por estos servicios que en ocasiones necesitan con urgencia. Por otra parte, el centro debe contar con adecuaciones específicas y personal no solamente capacitado, sino que sensibilizado en cuanto al trato que esta población vulnerable requiere, herramientas como el arte terapia, terapia ocupacional, actividades lúdicas entre otras deben formar parte de la rutina dentro del centro.
Durante la hospitalización, las comunicaciones con el mundo exterior están prohibidas, al momento del ingreso a cualquier centro de este tipo el celular es retirado ya que el propósito principal es que el paciente se enfoque en sí mismo, en su mejoría y cualquier estímulo externo pudiera interferir con este fin. Sin embargo, hay quienes consideran esto como una arbitrariedad y no ponderan el verdadero valor de esta restricción. Los mitos y el estigma que rodea el tema de salud mental están latente hoy día en nuestro país y por ello es de suprema importancia considerar todos los aspectos e informarse antes de emitir un juicio u opinión potencialmente dañino.

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