Panamá busca acercamiento entre Europa y América para salida crisis Venezuela
Panamá es parte tanto del Grupo de Lima como del europeo GCI y Ferrer señaló que "ahora los dos grupos han manifestado públicamente que ven la bondad y lo positivo de tratar de hacer una convergencia entre ambos grupos.
Panamá es uno de los países asignados para buscar un acercamiento entre los miembros de el Grupo de Lima y del Grupo de Contacto Internacional (GCI), como la forma más viable para contribuir a una "solución real" a la crisis de Venezuela, dijo este domingo el canciller panameño, Alejandro Ferrer.
Panamá es parte tanto del Grupo de Lima como del europeo GCI y Ferrer señaló que "ahora los dos grupos han manifestado públicamente que ven la bondad y lo positivo de tratar de hacer una convergencia entre ambos grupos, y las Cancillerías europeas y de los dos grupos han manifestado el interés de ese acercamiento".
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Ferrer indicó al canal Tvn Noticias que "casualmente Panamá es uno de los países que ha sido asignado para hacer esa labor de acercamiento entre los dos grupos".
Agregó que "solamente a través de un frente unido y de esfuerzos que abra ese espacio a un diálogo real para una salida pacífica y democrática en Venezuela, es lo que va a servir para solucionar esa grave crisis".
Millones de venezolanos han abandonado su país en los últimos años a raíz del conflicto interno, lo que ha sido calificado por la ONU como una de las más grandes crisis migratorias que ha vivido el continente en décadas
"Lo que a nosotros realmente nos interesa es ser un factor que trate de buscar una solución a una crisis política, económica, social, humanitaria de (una) magnitud que yo creo la gente no ha comprendido", apuntó Ferrer.
La crisis de Venezuela tiene "una serie de connotaciones y de aristas que hay que ver en cada caso en particular" como "derechos humanos, no uso de la violencia o intervención militar", señaló.
En razón de ello, el jefe de la diplomacia panameña indicó que su país "tiene que atender el problema de Venezuela como una crisis regional y tratar de contribuir a su solución de manera real y no de hacer política a través de esa grave crisis que vive ese país".
Sobre al Grupo de Lima, Ferrer resaltó que la Administración panameña, que asumió el 1 de julio pasado, heredó su participación en este foro regional, en el que "somos una voz moderada que debe ayudar a promover una convergencia y un frente unido entre una serie de países" para buscar una solución a la crisis de Venezuela.
Por ello, reiteró, "hoy día tratamos de ser una fuerza positiva en ese grupo, somos una fuerza y jugamos un rol en el GCI, y sobre todo estamos tratando de hacer esfuerzos para crear un frente unido que busque una solución real" a esa crisis.
"Nosotros sí estamos haciendo una serie de iniciativas, para, como país, que su historia y su geografía nos pone como un país de convergencias, crear espacios de diálogo franco para una solución real a los problemas de Venezuela", remarcó Ferrer.
El pasado 22 de julio, Panamá se unió al GCI creado para apoyar una solución a la crisis en Venezuela e impulsado por la Unión Europea (UE) y países de la región latinoamericana.
"Los miembros del Grupo de Contacto Internacional sobre Venezuela están satisfechos de informar de que han aceptado la petición de la República de Panamá de unirse al GCI", dijeron los miembros de esa alianza en un comunicado.
Asimismo, "dieron la bienvenida al compromiso de Panamá de contribuir a una solución pacífica y democrática de la crisis en Venezuela", y dijeron mirar "con ganas" el "papel positivo" que el nuevo socio tendrá en el Grupo de Contacto Internacional.
Tras la incorporación de Panamá, participan en el GCI Bolivia, Costa Rica, Ecuador, la UE en conjunto, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Portugal, España, Suecia, el Reino Unido y Uruguay.
Por su parte, el Grupo de Lima, que también integra Panamá, busca salidas a la crisis del país que gobierna Nicolás Maduro, si bien no cuenta entre sus miembros con Estados europeos.
Venezuela vive un pico de tensión política desde enero, cuando Maduro juró un nuevo mandato de seis años tras ganar unas elecciones que fueron tachadas de fraudulentas por la oposición, y en respuesta el líder opositor Juan Guaidó, líder del Parlamento, se proclamó como presidente interino.