Bombardeos en Siria, vinculados a empresas offshore
Tres de las compañías que EU asegura ayudaron a suministrar el combustible a aviones militares siros son clientes de la firma panameña.
Tres de las compañías que EU asegura ayudaron a suministrar el combustible a aviones militares siros son clientes de la firma panameña, que ayudó a las empresas a conformar y mantener sucursales offshore en Seychelles, un paraíso fiscal en el Océano Índico.
Clientes de bufetes legales internacionales incluyen a sospechosos de ser financiadores de terrorismo, promotores de armamento nuclear y traficantes de armas.
Centenares de bombardeos aéreos ordenados por el régimen del presidente de Siria, Bashar al-Assad, durante los seis años que ha durado la guerra civil en su país y por los que han muerto miles de sus conciudadanos, no hubieran sido posibles, según acusan autoridades estadounidenses, sin una red de empresas que evadieron los embargos internacionales, al proveer de la gasolina y el gas que mantiene a los aviones militares sirios en el aire.
Tres de las compañías que EU asegura ayudaron a suministrar el combustible, son clientes de la firma legal internacional Mossack Fonseca & Co., que ayudó a las empresas a conformar y mantener sucursales offshore en Seychelles, un paraíso fiscal en el Océano Índico.
La firma legal siguió trabajando para al menos una de estas compañías señaladas, después de que tres de ellas fueron enlistadas por el gobierno estadounidense por apoyar la maquinaria de guerra siria –uniéndose a docenas de otros clientes de Mossak Fonseca sancionados por la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), del Departamento del Tesoro.
Mossak Fonseca, con sede en Panamá, pero que tiene oficinas alrededor del mundo, ha trabajado con al menos 33 individuos o empresas que han terminado en la lista de la OFAC, de acuerdo con el análisis de los archivos internos de la firma realizado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), el diario alemán Süddeutsche Zeitung y otros medios asociados.
En algunos casos, individuos y empresas han dejado de trabajar con Mossak Fonseca antes de ser sancionados. En otros casos, las entidades eran clientes activos cuando las sanciones se implementaron.
Los medios asociados revisaron más de 11 millones de documentos –correos electrónicos, cuentas de clientes y récords financieros- que muestran el trabajo interno de Mossack Fonseca desde 1977 a diciembre de 2015.
Durante años, muestran los registros, Mossak Fonseca ha ganado dinero creando empresas fachada que han sido utilizadas por quienes se sospecha son financiadores de terroristas, criminales de guerra en Medio Oriente, capos de la droga en México, Guatemala y Europa del Este; promotores de armas nucleares en Irán y Corea del Norte y comerciantes de armas en el sur de África.
Sin embargo, Mossack Fonseca niega haber actuado mal.
Un portavoz dijo a la ICIJ que la firma se basa en intermediarios como los bancos y otras agrupaciones legales para revisar los antecedentes de los clientes que son referidos a Mossack Fonseca. Estos intermediarios deben de notificar a la firma “tan pronto como tienen conocimiento de que uno de sus clientes ha sido procesado o enlistado por algún órgano sancionador”, dijo el portavoz. “Igualmente, tenemos nuestros propios procedimientos para identificar a dichos individuos, lo más ampliamente posible”.
El tiempo que se requiere para renunciar varía por jurisdicción, dijo el portavoz, y muchas autoridades requieren que el agente permanezca en su lugar para evitar intervenir con alguna investigación.
El portavoz agregó que Mossack Fonseca “nunca ha permitido, con conocimiento de causa, el uso de nuestras compañías por individuos que tienen alguna relación con Corea del Norte, Zimbabwe, Siria u otros países” que han sido enlistados como sancionados. Si descubre que sin saberlo ha representado a una compañía que fue usada con propósitos fuera de la ley, dijo, tomaríamos “cualquier medida razonablemente al alcance de nosotros” para lidiar con la situación.
El primo de Assad
Los archivos demuestran que Mossack Fonseca también trabajó con Rami Makhlouf, un primo del dictador sirio, Assad. Tan temprano como 2008, funcionarios del Departamento del Tesoro habían señalado a Makhlouf como un “íntimo del régimen” que “inapropiadamente se beneficia de y ayuda a la corrupción de los funcionarios del régimen sirio. Las autoridades del Tesoro congelaron los bienes de Makhlouf en Estados Unidos y prohibieron a empresas locales o personas trabajar con él. Más tarde ese año, en un informe ampliamente reportado, el Departamento del Tesoro puso en la lista negra algunas de sus compañías.
Aunque había sido cliente de Mossak Fonseca por años, los correos electrónicos internos en ese momento no registran mención alguna sobre las sanciones. Eso cambió en 2010, cuando autoridades de las Islas Vírgenes Británicas pidieron información de Drex Technologies S.A., una compañía propiedad de Makhlouf que Mossack Fonseca había incorporado diez años antes. Los empleados de Mossack Fonseca hicieron una búsqueda –y rápidamente encontraron- información que había circulado ampliamente durante años, incluyendo detalles de las relaciones políticas de Makhlouf y su supuesta relación con el contrabando.
En este punto, los archivos revelan que una supervisora de Mossack Fonseca quiso terminar la relación con Makhlouf de inmediato. Pero uno de los socios de Mossack Fonseca se opuso, con la esperanza de que la la firma no perdiera el negocio.
Dicho socio, Chris Zollinger, escribió a colegas que hay rumores, pero no hechos, investigaciones en proceso o convictos. Él habló de las anotaciones que un colega hizo sobre una conversación entre Mossack Fonseca y HSBC, el banco británico que sirvió como administrador financiero de Makhlouf, en que estos aseguraron a la firma legal que las oficinas de HSBC en Ginebra y Londres estaban cómodas con él.
Si HSBC no tiene ningún problema con él, dijo Zollinger, “entonces pienso que también lo podemos aceptar”.
Sin embargo, al final estuvo de acuerdo con deshacerse de la firma después de la insistente urgencia de colegas y el incremento de las invetigaciones sobre el imperio económico de Makhlouf.
Zollinger dijo recientemente al diario alemán Süddeutsche Zeitung: “En retrospectiva mi comentario en el correo electrónico estuvo mal, me arrepiento”. Agregó que como agente registrado de Mossack Fonseca no tenía “influencia alguna en las transacciones o los negocios de la compañía” ligados a Makhlouf.
Makhlouf no respondió a ninguna solicitud para hacer algún comentario al respecto.
La historia sobre la relajación de métodos de control por parte e Mossack Fonseca, se repite una y otra vez con empresas e individuos.
Expertos en offshore dicen que las sanciones impuestas por la Unión Americana, no han puesto suficiente atención a los intermediarios de offshore como Mossack Fonseca, a pesar de su rol principal en la creación de empresas que posibilitan el mal actuar de las compañías.